El estudio te brinda conocimientos, cultura, te debe brindar una visión de país actual y de país posible. Enseñanzas que te ubiquen e...

LA SOLIDARIDAD CONSTRUYE FUTURO

    El estudio te brinda conocimientos, cultura, te debe brindar una visión de país actual y de país posible. Enseñanzas que te ubiquen en el mundo, sus avances, y que puedas después transformar en avances para tu Venezuela.

    Todos los niños, jóvenes y adolescentes, en Venezuela, deberían recibir una educación de calidad durante sus estudios de pre-escolar, primaria y bachillerato. La educación pública no debe ser sinónimo de menor preparación, conocimientos, ¡Futuro!
Sin embargo, en Venezuela de cada 100 alumnos que ingresan a la primaria, solo 37 la terminan. Solo 10% de los que se inscriben en bachillerato se gradúan. Y esos que se gradúan deben ingresar a programas de reforzamiento de conocimientos porque llegan a las universidades muy mal preparados.

   La educación requiere Solidaridad. Una Solidaridad particularmente importante. Prioritaria. Alimentemos a los niños, pero aportemos a ellos las herramientas para cambiar su realidad: Buena Educación.

   OSCACI - La Organización Social Católica San Ignacio – por años ha basado su estrategia de ayuda solidaria en la educación. Alimentan, visten, auxilian a los que menos tienen, pero procuran brindar una educación óptima a esa población atendida, para que logren forjarse un futuro distinto.

   Una nación crece y se desarrolla gracias al aporte de todos, generación tras generación. Una sociedad será más justa si logramos que todos tengan oportunidad de educarse bien, y así prosperar para aportar; la ignorancia o la educación deficiente generan dependencia eterna.

   El programa de Escuelas Alternativas de Oscasi recibe a niñas y niños desescolarizados no solamente de Petare; En las dos escuelas – Nuestra Señora del Carmen y Beatriz Castillo –les imparten clases especiales, enfocadas en nivelarlos y lograr su inserción a la educación formal en sexto grado. Son escuelas donde lo académico y la educación en valores van de la mano; son segundos hogares que alimentan al chamo para garantizar un correcto crecimiento, un despertar de neuronas, batalla con platos contra la desnutrición y el desgano. No importa si se tienen 10 años y aún no se aprende a leer, si estás pisando los 12 y no ha aprendido a multiplicar. son recibidos sin etiqueta alguna y aupados con la misma frase: ¡Claro que puedes!



   Aparte de sus clases regulares, de Lunes a Viernes, los niños reciben clases especiales de reforzamiento dictadas por jóvenes del Colegio San Ignacio que van a Petare o reciben a los chamos en sus instalaciones. Los Padres y Representantes también aportan en esta tarea de reforzamiento en lectura y matemáticas, además de planificar el almuerzo especial cuando los reciben en casa.

   Esta interacción entre ambas instituciones educativas ha sido una relación Ganar-Ganar. Los niños reciben educación, compañía, comparten sus temores y sueños con el joven o la muchacha que trata de explicarle los trucos para dividir más fácil, y que entre risas y palabras de apoyo termina siendo su Pana.



   El joven próximo a graduarse conoce otras realidades y se solidariza con las mismas. Le toca conocer de las mañanas solitarias de estos niños alistándose para la escuela ayudando a los hermanitos porque mamá sale antes a trabajar. Roberto le pregunta si no les gusta la avena. – A mí al principio no me gustaba, mi pana, pero ahora me encanta y es fácil de preparar – le dice a Jonathan, su pupilo especial. A Lorena le encanta bailar y por eso se identifica con Gabriela, su profesora sin cara de brava y de pocos años que le viene a ayudar en la lectura. Por eso celebran cada página lograda aprendiendo un nuevo paso; secreto guardado entre ambas, motivación que solo puede surgir de un conversar entre compinches.  

   El joven maestro voluntario valora más lo que tiene, y siente ahora un deseo inmenso de dar parte de esos privilegios que disfruta a esos chamos que tienen tan poco.  - Mamá, ayúdame a conseguir unos cubiertos para la escuelita de Petare. Y pregúntale a la abuela que hizo con los platos de la vajilla cuando le regalamos la nueva – le dice Amanda a su madre apenas llega del campamento de clases de reforzamiento en Petare. Sentarse en una mesa y no tener que comer en envases de plástico le recuerdan que hay niños que no conocen lo que es comer en platos.

   Son dos escuelas. 200 niños beneficiados. ¡Cuántos más no quisieran poder acoger y atender!
   
   Colaborar con Oscasi es sencillo. Tú decides cómo. Ve anotando las opciones en la Pizarra de tu corazón.
1   -      Plan de Becas: Con muy poco mensual puedes volverte padrino o madrina de un niño o niña ayudando para cubrir su alimentación en la escuela, sus estudios, o ambas cosas. Escribe a becas@oscasi.org o suscribe tu donación aquí: Becas Oscasi
2   -      Si estás en el exterior: Actívate como tantos otros integrantes de la Diáspora Solidaria. Te ofrecen la oportunidad de convertirte en un “Padrino desde el Exterior” contactando a la organización a través del correo padrinos@oscasi.org
3  - Como Empresa: Adopta este programa de Escuelas Voluntarias e inclúyelo en tus programas de responsabilidad social y empresarial. Cuánto no pueden aprender estos niños de tus ingenieros, tus economistas, tus secretarias. Con un aporte monetario puede tu empresa garantizar la educación y alimentación de más niños. Dale click a http://www.oscasi.org/como-ayudarnos y encontrarás nuestras cuentas y pestañas de contacto.

     “Esta es una escuela buena, que ayuda a sus estudiantes, no rechazan a nadie por la edad como otras escuelas, es la mejor escuela en la que he estudiado. Aquí nos dan cosas que no dan en otro lado, es algo que no se ve todos los días” – Ángel, estudiante 4° grado en la E.A. Nuestra Señora del Carmen
    
    “Estoy sumamente agradecida con OSCASI por brindarme nuevamente la oportunidad de hacerme sentir como si estoy haciendo a nuestro país un mejor país cuando estos niños me llaman “profe” o “maestra”.” – Camila, estudiante voluntaria de V año.

      #ConstruyendoFuturo #EducacionenVenezuela #RetoSolidaridad

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PRIMERA PARADA Yuleitzy del Carmen.  Ella se encontraba en situación de calle. El Panabus pasó a su lado y sabíamos, por su indu...

PanaBus: Un Recorrido Solidario


PRIMERA PARADA

Yuleitzy del Carmen. 

Ella se encontraba en situación de calle. El Panabus pasó a su lado y sabíamos, por su indumentaria e higiene personal, que necesitaba ayuda. No fue fácil convencerla de que subiera. ¿Quién sube a carro extraño sin preguntar? Ella aún tiene dignidad.  No nos importan las razones que la llevaron a vivir en la calle. Quien nos lee quizás no entienda qué es eso de “vivir en la calle”. No es vivir, es sobrevivir dependiendo de lo que recibas, de lo que te aporten. Es entregar tu esperanza de vida en otro cuando no encuentras ayuda, institucional, carné de la patria ni nada que ofrezca salida a tus problemas.  

Finalmente subió a la unidad. Incrédula. Los activistas del Panabus le explicaban que se trataba de ayuda. No tenía que pagar. 

- Hola! ¿Quieres darte un baño? Ven, por aquí hay una ducha. Y tenemos ropa con la que te puedes cambiar.

- Tú me estás Jodi.... ¿De verdad? Wao! ¿De dónde salieron ustedes? Tengo dos años en la calle y nunca nadie se ocupó de mí.

Conversando con ella supimos que soñaba con ser modelo.  Eso nos bastó. No quisimos saber más de su historial. Por alguna razón Yuleitzy terminó en las calles y nos encontró.

Se pudo dar un baño, aseándose con champú, jabón y cremas como Dios manda. Le cortamos el cabello actualizando su estilo a esa actualidad que perdió. Le brindamos una revisión odontológica. Ella necesitaba sonreír como Miss, nosotros le resaltamos le necesidad de sonreír como persona.


SEGUNDA PARADA

Ángel Ignacio.

Se desempeñó por mucho tiempo como asistente de un carpintero de la Capital, Caracas. Mientras tuvo trabajo mantuvo a la familia. Dos chamos de 3 y 7 años y una esposa que amaba. De pronto quedó desempleado. La carpintería cerró. El dueño sin insumos con los cuales echar “palante” el negocio emigró.  

Trató de emplearse en trabajos diversos para poder proveer de ingresos a su familia sin éxito. Cayó en depresión. Por eso lo encontramos en la calle. Cayó en la drogas lamentablemente. Lo hacían sentir mejor. Le permitían olvidar, a ratos, su responsabilidad hacia los hijos y la esposa que le esperaban en casa.

- ¡Epa! ¿Quieres subir al Panabus? Permítenos brindarte almuerzo después de sentirte gente.

- Yo solo quiero un trabajo. Báñame si quieres pero ayúdame a recuperar mis hijos, mi vida.

Ángel es parte ahora de nuestro equipo. Gana salario mínimo pero salió de la calle. Ángel recibió esperanza.


EL PROYECTO


Este autobús solidario surge de la misma gente de Santa en la Calle.

No bastaba un regalo al chamo. Había que ayudar al adulto que le mantenía.

Con donaciones pudieron comprar un Bus. Con donaciones pudieron adecuarlo para brindar asistencia de vida a quienes lo requieran: Un baño, comida, revisión médico-odontológica, una siesta.

Un solo PanaBus está rodando pero, ¿Cuántos se necesitan?

Puedes aportar tu donativo: no hay cantidad que no pueda multiplicarse.

Puede aportar tu activismo. Profesionales de la salud (odontólogos, médicos), Profesionales de la compañía solidaria, de las sonrisas a flor de piel.

Puedes aportar ropa usas en buen estado. Vestir de solidaridad a otros.

Ellos quieren multiplicar la emoción que sintieron al lograr comprar, adecuar y poner a rodar su primer Panabus. Un proyecto ciudadano. Un proyecto que, si bien no soluciona,  alivia tantas necesidades en millones de compatriotas. Brinda Esperanza.


Instagram: www.instagram.con/Panabus_oficial

Facebook: www.fb.com/panabusoficial

Mail: info@panabus.org

Teleféno: +58412-3146075

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Ya va corriendo la segunda quincena de noviembre. Por cada segundo que transcurre los precios suben un peldaño más, y no de los...

Solidaridad en Navidad


Ya va corriendo la segunda quincena de noviembre. Por cada segundo que transcurre los precios suben un peldaño más, y no de los chiquitos y delgados de El Calvario, monumento caraqueño. Lograr hacer mercado con salario mínimo no es cuesta arriba. Más bien es quedarse abajo viendo la cima. 

Desde el ejecutivo se nos invita a cantar villancicos, así a la hallaca, nuestro plato tradicional, la hayan vuelto añicos. Las utilidades o bono navideño, como prefieran llamarlo, no alcanzan para esa botellita de Ron o caja de cervezas para el brindis de año nuevo. Este año para la mayoría no hay estrenos. No hay juguetes. No hay intercambios de regalos. 

Y pensando en diciembre nos viene a la mente ese hermoso pero triste cuento de José Rafael Pocaterra. El del muchacho vendedor de lotería: el Panchito Mandefuá. Quien escribe recuerda que cada año, durante la cena de navidad, Papá y Mamá invitaban a un hermano diferente a contar la historia. Cada quien con sus propios añadidos, como la recordaba y la sentía. Cuando eras de los pequeños, pues te tocaba escuchar. Ya cuando tenías 6 añitos la podías comenzar a leer, conociendo buena parte del relato, y entonces pasabas a ser la estrella de la mesa que contaba a los demás de Cómo Panchito Mandefuá cenó con el niño Jesús. 

Las navidades vienen recortadas para todos. Sin muchos lujos o regalos. Pero, ¿has pensado en los Panchito Mandefuá con los que tropiezas en la calle? Ese que te pide alguito para comer a la salida de la panadería. También hay las Margaritas. Niñas pequeñas forzadas a trabajar a una edad en la que solo deberían trabajarse las ilusiones, los sueños, el aprendizaje. 

Pocaterra aún nos maravilla con sus cuentos sombríos. ¡Grotescos! ¿Quién le diría que esa Venezuela que le vio nacer se tornaría grotesca para tantos. 

Que cada quien ubique un Panchito, una Margarita, para acercarle ayuda. Que tantos niños enfermos en hospitales tengan compañía, un ponquecito, unas sonrisas en estas navidades. Un par de zapatos que tu hijo dejó como nuevos y una camisa serán para ellos un grandioso estreno. Y si quieres contar a tus hijos como fue que Panchito Mandefuá cenó con el Niño Jesús aquí tienes el Link en digital. 

Que sea este un diciembre de dar y recibir valores. Esos que no suben de precio, a pesar de su nombre. Esos que cuando se van juntando se transforman en la mejor fortuna, lo único realmente importante a atesorar. 

https://esnobgourmet.com/2012/12/19/de-como-panchito-mandefua-ceno-con-el-nino-jesus-jose-rafael-pocaterra/

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Caracas, noviembre de 2017. – Con el paso del tiempo, el trabajo de nuestra organización se transforma para ofrecer programas de forma...

22 años de Acción Solidaria


Caracas, noviembre de 2017. – Con el paso del tiempo, el trabajo de nuestra organización se transforma para ofrecer programas de formación e información en prevención e incorporar, además, acciones de incidencia en políticas públicas y de defensa de derechos humanos de muchísimas personas en Venezuela


El 5 de noviembre de 1995 fue registrada formalmente Acción Solidaria, cuya misión inicial fue la movilización de recursos para apoyar a personas con VIH, con tratamientos que aún tardarían más de un año en estar disponibles en Venezuela. En aquel entonces, las investigaciones científicas mostraban cómo la combinación de varios antirretrovirales daba resultados extraordinarios en términos de la supresión viral y la consecuente mejora significativa de la salud de personas afectadas. Un puente de voluntarios ayudó, durante más de un año, a traer medicinas al país para más de 250 personas.  Con el paso del tiempo, la misión de la organización fue ampliándose, para ofrecer programas de formación e información en prevención e incorporar, además, acciones de incidencia en políticas públicas y de defensa de derechos humanos de las personas con VIH y ahora podemos apoyar a miles de personas que atraviesan la escasez de medicamentos e insumos y la falta de respuesta de las autoridades en esta emergencia humanitaria.

Cumplimos 22 años y por este especial motivo queremos agradecer el respaldo incondicional y compromiso con nuestras campañas de prevención y el apoyo a las personas que hoy viven la dura crisis de salud en nuestro país. “Cuando pensábamos el año pasado que tendríamos que “planear” la crisis que ya estaba instalada, nos reinventamos, para seguir siendo una organización relevante para muchísimas personas, tanto en servicios como en defensa de derechos humanos” Feliciano Reyna, presidente de la organización.

Sin el esfuerzo, dedicación y disposición de todas las personas que apoyan no podríamos haber alcanzado este sueño de ser una óptima opción para divulgar información útil para el público en general, así como para ofrecer servicios de atención integral a las personas afectadas.

Hoy agradecemos a todas las personas que forman parte de este extraordinario equipo e invitamos a seguir acompañándonos en este significativo camino de solidaridad.



Servicio de Comunicación

Acción Solidaria

gbuada@accionsolidaria.info

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Anabel es venezolana y vive en Bilbao, España. Echó raíces en Europa meramente por amor al casarse con un descendiente de italianos, ...

Solidaridad en familia


Anabel es venezolana y vive en Bilbao, España. Echó raíces en Europa meramente por amor al casarse con un descendiente de italianos, de tantos que vinieron a Venezuela hace un montonón de años. Por una oferta de trabajo que le hicieron a su marido decidiendo establecer su nuevo hogar en Italia por allá, por el año 1996. Desde entonces ha mantenido una fuerte conexión, un vínculo muy sentido y cercano con el país y su gente a pesar de la distancia. 

La Venezuela que dejó dista por tanto bastante de la realidad actual... Aún ni comenzaba la campaña presidencial y gobernaba Rafael Caldera en su segundo mandato. Muchos ceros menos en los precios, desigualdad social acentuada pero que permitía cualquier familia de escasos recursos comer completo, vestir, educarse. Había trabajo. Ella, una maestra especialista en niños y adolescentes con retardo mental y dificultades de aprendizaje.

Con el pasar de los años se muda a Tenerife, y luego a Bilbao, España, donde reside actualmente. Y entre escala y escala de esa su bitácora familiar van llegando los hijos, 3 en total. Ellos no se sienten venezolanos, jamás vivieron en el país. Lo que sí han sentido es la preocupación de su madre por la realidad de muchos niños en Venezuela, y heredaron además, de padre y madre, ese deseo permanente de ayudar a quien más necesite de una mano, venga de donde venga.

Así, cuando su madre se conmovió con la historia de Tobías, un chamito merideño, promesa del fútbol, que jugaba descalzo y metía goles y goles a piecito pelado, la animaron a crear en la familia una Fundación; así nace Casa Hogar Sonrisas y Sueños. Su primer donativo, unos zapatos para Tobías que no pasaron de los 15 euros y que le hizo llegar en persona una hada madrina, y aliada, residenciada en su pueblo.

El querer ayudar más y más, siendo una familia de justos recursos, les impulsó a buscar alianzas, a crear ellos mismos programas de ayuda, planificarlos, montar la página web, y comenzar un trabajo de hormiguitas tocando aquí y allá, obteniendo ya como resultado hermosos frutos.

Comenzaron recolectando ropa, en buen estado, ya no solo zapatos sino camisitas, suéteres, pantaloncitos, medias, calzones. Primero invitaron a donar a los cercanos, amigos, familiares, luego por las redes sociales y grupos de su localidad allá en España.

Y como las iniciativas bonitas hay que regarlas, compartirlos unos con otros para que crezcan, pues llegó a oídos de una Escuela de Fútbol la campaña de Sonrisas y Sueños y, como dirían por allá: ¡Vale! Que nosotros podemos ayudar a esos chavales amantes de lo que más nos gusta. Y de inmediato El Getxo, Escuela de Fútbol, se puso en contacto con Anabel para materializar la donación de la donación de 600 camisetas y diferente material deportivo, utilizado hasta ahora por la cantera gualdinegra. La actividad de la Fundación Sonrisas y Sueños llega al plantel justo cuando estaban cambiando los uniformes y materiales de los equipos, así que no dudaron ni un momento en donar esos uniformes que quedaban como nuevos y en perfecto estado, zapatos, pelotas, etc.



La tarea no es solo pedir, sino sensibilizar y dar a conocer a las personas cómo un pequeño donativo puede cambiar la realidad de tantos niños. En eso han sido muy eficientes Anabel y sus hijos, narrando cara a cara, por radio, mediante cartas que dirigen a diversas empresas o instituciones las carencias en vestimenta y en nutrición de esos pequeños en Venezuela. De esta forma ya pasan de los doscientos los kilos de ayuda que han enviado tanto a Zea, zona rural en Mérida, como a La Grita.


Y como viene Diciembre, Tilín Tilán, las campanas de ayuda comenzaron a sonar, y rápidamente, en colaboración con Eurosur Logistics, Miami, se realizó el envío y entrega de juguetes para navidad a los niños del Orfanato casa Hogar S.A.W. , Aldea Paraíso en Colón, Venezuela.



Si resides en España, o se te facilita enviar tus donativos hacia ese país, no dejes de contactarlos. Completa el formulario de contacto de su página web y escríbeles; en seguida se pondrán en contacto para sugerirte alguna logística de envío o, en caso de estar en la localidad de Bilbao, poder efectuar la recogida del material. 

También puedes contactarlos por sus redes sociales:

Facebook: Casa Hogar Sonrisas y Sueños 

Twitter: @chsonrisasys 

Correo Electrónico: chsonrisasys@hotmail.com

Las donaciones económicas son también bien recibidas ya que ayudar a costear el envío de todas las donaciones de alimentos no perecederos, indumentarias deportivas y juguetes. Pues hacerla a través de la plataforma de crowdfunding Kukumiku:
https://www.kukumiku.com/proyectos/dona-sonrisas-suenos-futbol/

Que no se detengan los sueños y que abunden las sonrisas de tantos niños que deseamos ver crecer rodeados de buenos valores, de esperanza y deseos de superación.

Vaya a Anabel y su familia por parte del equipo de #RetoSolidaridad y de todos los venezolanos que nos leen, un agradecimiento tricolor. Gracias por la Luz en Amarillo. Por la Esperanza en Azul. Por su preocupación ante la realidad en Rojo de nuestros niños. 

Diáspora que no se despega. Diáspora que en una maleta metió además amor y compromiso con esa Venezuela en la que crecieron. 


#RetoSolidaridad #DiasporaVenezolana

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Eran las 5:00 pm dentro de un vagón caluroso del Metro de Caracas. No había espacio entre los cuerpos que viajaban en el tren y la ...

Los niños prodigio venezolanos que sueñan con ser astronautas




Eran las 5:00 pm dentro de un vagón caluroso del Metro de Caracas. No había espacio entre los cuerpos que viajaban en el tren y la fatiga en Colegio de Ingenieros se percibía en los rostros de la gente. Unos leían, otros escuchaban música y la mayoría, sencillamente, esperaba llegar a su destino.




Pero ese día un niño de 7 años, con una voz aguda y fuerte, les enseñó las capitales de los países de América, Europa y Asia; las tablas de multiplicar y ecuaciones complejas de bachillerato; anatomía del cuerpo humano. Explicó principios básicos de filosofía y también dio una cátedra de astronomía.




“Gracias, que Dios se lo pague, que Dios se lo multiplique”, frase característica del niño Eliú Silva, que quiere convertirse en el primer astronauta venezolano, para lo que trabaja diariamente adquiriendo cada día más conocimientos en todas las áreas académicas. Acaba de empezar tercer grado de educación básica, pero la escuela le ha enseñado poco: su aprendizaje lo ha adquirido junto a su padre.




“Desde que Eliú era muy pequeño, tenía mucha curiosidad por aprender. Cuando comenzó a hablar y a leer sus primeros libros, el niño retenía todo con mucha facilidad”, narró Manuel Felipe Silva, papá de Eliú, en una entrevista para El Nacional Web. 




Manuel, de 58 años de edad, se dedica a la economía informal. Vende caramelos en Sabana Grande y verduras en un puesto ubicado en las adyacencias de la plaza Pérez Bonalde, en Catia. Pero no siempre fue comerciante informal. Cuando joven ingresó a un circo en el que aprendió el arte del entretenimiento realizando trucos de magia y presentaciones como payaso. Viajó por varias ciudades de Europa, en las que aprovechó para estudiar idiomas de manera autodidacta. Estas habilidades las ha transmitido a sus hijos al mezclar el conocimiento con la diversión.


Junto a su esposa, Silva tiene otros hijos además de Eliú: Eliezer (5 años de edad), Maylí (4 años de edad) y una niña de 8 meses de nacida. Todos viven con sus padres en las adyacencias del río Tuy de Santa Teresa (estado Miranda).  Los tres niños mayores manejan los mismos conocimientos y los difunden mientras se trasladan en el Metro ante las preguntas que realice Manuel.




“Nosotros comenzamos a hacerlo en el Metro de manera paulatina y progresiva. Una vez Eliú, cuando estaba más pequeño, iba repasando las tablas de multiplicar y veníamos estudiando también historia de Venezuela. Las personas que estaban cerca comenzaron a escucharlo.  Entonces empezaron a  aplaudir y voluntariamente le dieron propina”, explicó Manuel Silva.




Con el dinero logrado durante ese día, Eliú compró libros para seguir estudiando y, desde ese momento, cuando los niños van al parque o acompañan a Manuel a trabajar, recaudan fondos para adquirir cuadernos, lápices y una que otra muda de ropa. “Es fácil entender que con la venta de verduras en la buhonería no se adquieren grandes ganancias. Obtengo una ganancia que me permite darle de comer a mis hijos, pero no me alcanza, por ejemplo, para comprarle un par de medias, un libro, cuadernos, zapatos”, sentenció.




Las necesidades de futuros astronautas venezolanos




Durante las fuertes lluvias del mes de septiembre, la familia Silva durmió a la intemperie cuando el río Tuy inundó su pequeño hogar, ubicado en el sector El Vizcaíno (municipio Independencia). En su “pequeño ranchito” solo tienen una cama que comparten todos los integrantes de la familia.  Además, dentro de la casa, que mide 5 metros cuadrados, no tienen cocina, televisión ni mesas; el internet es algo desconocido para los niños.


Las tres comidas nunca faltan en la casa de la familia. Silva explicó orgullosamente que en la mañana desayunan plátano maduro crudo tres veces a la semana. “Eso va para los músculos y para la energía”. Manuel realizó una breve pausa y, notoriamente apenado, agregó: “Sinceramente no nos alcanza para comprar proteína animal. Cuando se puede, cada 15 días, consumimos granos. En el almuerzo comemos ñame y otras legumbres o verduras”.


La familia  Silva ha solicitado en reiteradas ocasiones ayuda gubernamental, pero no ha recibido respuestas concretas por parte de las autoridades. En 2016 acudieron al Palacio de Miraflores, específicamente a las oficinas de Atención al Pueblo, y le ofrecieron una beca de 4.000 bolívares mensuales que nunca llegó.

“También hemos ido para varios canales del Estado y no hemos podido pasar de la puerta. Periodistas de TVES nos han invitado al canal y cuando llegamos al sitio no encontramos a la persona. Nos dicen que debemos concertar una cita para poder ser atendidos. Nunca nos dejan pasar”.


Ante todo esto, lo único que quieren Eliú y sus tres hermanos es superarse y poder cumplir sus sueños. Por eso, solamente desean que en algún momento de sus vidas alguna organización privada o gubernamental los pueda ayudar con una beca para sus estudios.  

“No es bueno para Dios ni para la sociedad que ellos vayan a tomar un camino equivocado. Estamos aquí procurando que continúen así: sintiendo amor y placer por el estudio, por el conocimiento y el aprendizaje. Que continúen así porque ellos van a ser astronautas, algo positivo para su futuro”. 

La ética y la moral:

—Manuel: Para llenar la falta de conocimiento, ¿cuáles son las riquezas más valiosas y los valores más fundamentales que debe buscar y retener todo ser humano?

—Eliú: La riqueza del alma, los valores del conocimiento, eso se logra estudiando, estudiando. Yo no vine a este mundo a sentarme a ver cómo funciona, yo vine a hacerlo a funcionar.

—Manuel: Qué hay que hacer ante las cosas malas.

—Eliú: Revisarlo todo, rechazar lo malo y retener lo bueno.

—Manuel: ¿Qué dice la Biblia sobre el dinero?

—Eliú: La Biblia dice que el dinero es el causante de muchos males. Sirve para comprar muchas cosas, pero no debemos amarlo con el corazón.

—Manuel: ¿Qué tan importantes son los niños en la sociedad?

—Eliú: Si se educan los niños hoy, no serán castigados los niños del mañana.

—Manuel: ¿Qué quieres ser tú cuando seas grande?

—Eliú: Astronauta. Porque este planeta es muy pequeño para mis conocimientos.


Tras estas respuestas, Eliú Silva se despidió con la frase que lo caracteriza desde muy pequeño: “Gracias, que Dios se lo pague, que Dios se lo multiplique”.

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