Quien nos lee no se imagina lo gratificante que ha resultado para quien escribe el formar parte de #RetoSolidaridad . Porque, en este afán...

LA SONRISA SE VISTE DE SOLIDARIDAD

Quien nos lee no se imagina lo gratificante que ha resultado para quien escribe el formar parte de #RetoSolidaridad . Porque, en este afán de compartir iniciativas solidarias, dentro y fuera del país, se contagia una de la Venezuela bonita, esa que sueña con un mejor vivir, de valores que importan y hacen crecer a una sociedad. Y vaya que cuesta verlas, especialmente esta semana.

Por una amiga pude hacer contacto con Chichi, como cariñosamente apodan a María Antonieta. Cuando me comentó de unas alumnas que llevaban adelante una iniciativa full solidaria me imaginaba que se trataba de estudiantes universitarias. Grata sorpresa me llevé al conocerla. Ella es parte de un grupo de “chamas” que en dos años dejan atrás la falda azul y la camisa beige para comenzar su etapa universitaria. Son todas integrantes de la promoción 2019 del Colegio Los Campitos, reconocida institución educativa de Caracas.

Todo comenzó por un proyecto de aula; específicamente de la materia de Religión. Muchísima razón tiene la maestra guía de esta cátedra para basar su pedagogía curricular en un valor fundamental: La Solidaridad. No importa cuál religión se profese; en todas ayudar al semejante, especialmente aquel que sufre, que padece, es una invitación común. La Solidaridad podría entonces ser una religión que nos una. Católicos, Judíos, Budistas, Protestantes e incluso al Ateo que dice no creer en ningún Dios, pero que al ser Solidario ya sigue sus enseñanzas. Esta maestra invitó al grupo de tercer año de bachillerato – intuyen entonces que la iniciativa nace durante el pasado año escolar – a realizar en conjunto un proyecto solidario. Es así como nace Vistiendo Sonrisas.

A los 15 años se suele estar más pendiente de las tres marías (Física, Química y Matemáticas), de las fiestas, de lo que se lleva, de subir algo al Snapchat o al Instagram, del primer novio formal. Pero de la Venezuela actual, con todo lo malo que podamos enumerar de ella, se obtienen semillas bonitas para el mañana. Por más hormonas adolescentes circulando por el torrente sanguíneo, nuestros hijos no escapan de una realidad económica que sí, ha afectado mucho las finanzas de todo hogar, pero golpea y llena de desesperanza a los hogares más humildes. Voltear la mirada hacia los lados, en tiempos de prosperidad económica, no suele ser la norma. No porque las carencias resulten inexistentes; están allí, como ocultas, lejanas. Pero de unos años para acá se muestran de frente, se acrecientan, se generalizan. La Ayuda Social, La Solidaridad, resulta urgente incluso en la mentalidad y el día a día de un adolescente.

Se plantearon entonces el proyecto de recolectar piezas de vestir para donar a quienes andan desamparados por las calles. Se daban cuenta que, si bien existían ya muchas iniciativas abocadas al tema de la alimentación, eran pocas aquellas enfocadas en acercar un par de zapatos, unas franelas, un pantalón.

Entre sus familiares y conocidos, regando la voz de salón en salón en su propio colegio, obtuvieron las primeras donaciones. Y así lograron la primera jornada de calle. Después decidieron acercar ayuda a una institución y entonces realizaron una jornada en el J.M de los Ríos.

Pero al poco tiempo les llegó información de la Comunidad de Corralito, en la Unión, Municipio el Hatillo de Caracas. El Colegio en el cual estudian realiza una acción social en esa comunidad y decidieron visitarlos como destino de su siguiente jornada. Y quedaron enamoradas. De su gente, de su amabilidad. Quedaron todas comprometidas con sus carencias, sus necesidades.

En Corralito pasan a veces un mes sin agua. Viviendas sin piso de cemento, niños creciendo en condiciones muy precarias. Por esta comunidad decidieron no solamente cubrir cuerpos con vestimenta sino colmarlos de alimentos, de útiles escolares, de ayuda de todo tipo en base a sus necesidades.

Van cada 15 días. Realizan bazares en los cuales venden a la comunidad la ropa recolectada. Una franela a 100 Bs, un pantalón a 150. Con la plata recolectada compran entonces los insumos para preparar comida que reparten, de manera gratuita, a esa comunidad. Pero visitarlos es conversar; conversar es enterarte de las deficiencias que en materia educativa presentan los chamos que aspiran a salir graduados como ellas. Así nace entonces otro agregado más al proyecto como es el de reforzamiento escolar a los alumnos cada sábado. Ellas, que sí reciben una constante y adecuada instrucción en lenguaje y matemáticas, comparten con niñas y niños su aprendizaje. Les preocupa la salud de esta comunidad y por eso ya planifican todo para una Jornada de Salud en el mes de noviembre con médicos conocidos, otros no tan conocidos que se han ofrecido al conocer la iniciativa. Y siguen planeando para todo el año, porque el mes de diciembre pretenden siga siendo un mes especial para tantos niños de esa comunidad, acercándoles juguetes del niño Jesús solidario que cada una lleva en su corazón.

37 muchachas, entre 15 y 16 años, decidieron cambiar la realidad de otros, regalarle esperanza a quienes todo lo ven oscuro. 37 muchachas reciben a diario señales de un mundo bonito. Una venezolana en el extranjero que, al enterarse de la iniciativa, aporta todo lo necesario para una jornada de aporte de útiles escolares. El chamo que gracias a los talleres de reforzamiento finalmente aprendió a leer corrido en tercer grado. La mamá que pudo inscribir en el colegio a sus hijos porque recibió el uniforme escolar gracias a los donativos.

Esta generación, que nace en un mundo conectado en Redes, sabe utilizarlas muy bien para acercas más y más ayuda. Para ampliar y cubrir cada vez más necesidades. Estas muchachas son parte de una generación distinta, de esa Venezuela que debemos construir entre todos. Porque no es solamente el alimento, los zapatos que puedas donar. Se trata de decirles, de manera sincera y desinteresada, que ellos importan.

Ellos merecen tu tiempo, tu proyecto, tus 16 años... sin importar el color o la preferencia política. Una sociedad que se ayuda y que basa su crecimiento en la formación, en buenos valores, tiene buen futuro.

Gracias muchachas. Nos encantó conocerlas. Que sigan por muchos años Vistiendo Sonrisas... en Venezuela.

Instagram: www.instagram.com/vistiendosonrisas.ve/

Correo Electrónico: vistiendosonrisas.ve@gmail.com

#RetoSolidaridad #AyudaEntreHermanos #JuventudActivada

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