Si mi querencia es el monte Y mi fuerza el cimarrón Cómo no quieres que cante, Cómo no quieres que cante Como canta un corazón ...

QUERENCIA POR EL CAMPO


Si mi querencia es el monte
Y mi fuerza el cimarrón
Cómo no quieres que cante,
Cómo no quieres que cante

Como canta un corazón

   En una entrevista que le hace el maestro del cuatro Hernán Gamboa a nuestro Simón Díaz, dijo lo siguiente en relación a su tema “Mi Querencia”:
 “Esto es yo proponiendo al hombre que se vino, que regrese, que se vaya a la sabana otra vez, donde el campo lo está esperando, porque cuando él se vino él ganaba 30 bolívares, y aquel hombre petrolero le dijo – Te doy 80 si te vienes conmigo – y se fue con él.  ¿Cómo se incorpora nuevamente sin esos 80?...... Entonces, yo propongo en Mi Querencia ese regreso…”

   Palabras más que acertadas para comenzar esta nota donde queremos presentarte la valiosa labor de una organización que ayuda, desde hace muchos años, a esos campesinos que siguen allí, en el campo, sembrando y produciendo con las uñas, ¡cosechando con el corazón!
   En el año 1976 impulsada por el CESAP nace Acción Campesina, una organización independiente que impulsa el desarrollo sostenible en poblaciones rurales, conjuntamente con campesinos y pequeños productores agrarios. Dicho en criollo, dotar a esta población de herramientas y orientaciones para que puedan satisfacer sus propias necesidades mediante actividades productivas, responsables y aplicando valores fundamentales para la convivencia y vida en comunidad. Su fundador director es Manuel Gómez Naranjo, nacido y criado en Guárico, un Técnico Agrario siempre llano adentro, siempre solidario desde hace 40 años con las comunidades campesinas.

Conversando nos comentaba cómo en los años 50 Venezuela contaba con un ingreso Per Capita mayor al de muchos países del sur de Europa y al de la mayoría de los países de América Latina. En esa época de bonanza agrícola (antes de la mal llevada bonanza petrolera) un pequeño poblado campesino contaba con todos los servicios, con vías perfectamente asfaltadas, incluso dentro de los poblados. La bodega de la esquina podía abastecer de alimentos y demás productos necesarios a toda la comunidad. Hoy, si la situación en las grandes ciudades en Venezuela es grave, en las zonas rurales es crítica, por lo que el mantener la labor de Acción Campesina en cada región rural del país se torna extremadamente necesario. Las bodeguitas cerraron ante la competencia de los PDVAL y MERCAL. Estos últimos desaparecieron, y tampoco llegan las cajas CLAP. No existe la atención médica en comunidad, los apagones son constantes, el agua de cuando en vez llega. Las vacunas de las que se habla son aquellas pagadas por quienes producen algo en la zona a grupos armados que les protegen de bandas delictivas. Las necesarias para el ganado brillan por su ausencia. Se ha perdido el respeto por la vida, y se han perdido valores, principalmente aquel que nos empuja a labrar con preparación, sacrificio y trabajo un ingreso digno que acabe con la dependencia de otros. Que del empeño y el esfuerzo surja el éxito.

Pero los momentos difíciles, rudos y tristones no son más que chispa catalizadora para el accionar campesino de esta organización que de manera solidaria y ciudadana apoya a cada venezolano de nuestras zonas rurales.

   
Historias a compartir tiene por “bojote” Manuel. De hecho está próximo a publicar un libro cuya reseña compartiremos en el momento adecuado. Pero podemos contarte una del Programa Autonomía Económica de la Mujer Campesina. Y es la historia resumida de Iris. Ella vive en Barlovento. Creció en un ambiente impregnado con el denso y fuerte olor del cacao fermentado. 
Llegó a aborrecer el olor, y la fruta. Sentía deseos inmensos de alejarse de su casa, de su región. Un día llegaron voluntarios de Acción Campesina para dictar unos cursos de chocolatería. Iris se inscribió. Después de todo lo aprendido, el olfato le brinda otra percepción de ese el fruto que ha acompañado cada etapa de su vida. “Entendí que el cacao tiene mucho valor. Ahora cuando llego a la casa siento que el cacao huele a dinero” – expresa Iris al contar su historia. ¿Quién dijo que el dinero es malo? El dinero es sustento, es progreso, es satisfacción. Ese dinero que ahora ayuda a Iris es fruto del trabajo de otro fruto, es orgullo, es dedicación. Iris, junto a otras mujeres del caserío El Arenal en Barlovento, está empeñada en lucirse en el arte de la chocolatería. Practican el concepto de Bean to Bar (del grano a la barra) e innovan y experimentan con otros productos locales; de allí que ahora mezclan el cazabe con el cacao y hacen Naiboa y Jari-Jari. “Si te le acercas a la gente y le haces una propuesta de trabajo transparente, comienzan a surgir relaciones de cooperación y solidaridad con su comunidad que va creciendo progresivamente” – nos resalta Manuel, Líder Fundador de Acción Campesina. Depende del estímulo externo que reciban las personas los valores positivos que florecen. Al sur del estado Cojedes hay mujeres campesinas  que lograron mejorar sus ingresos trabajando el tejido, a través de una micro empresa y de la mano de Acción Campesina. Hoy disfrutan de mejor calidad de vida pero al mismo tiempo sintieron la necesidad de participar en la pastoral de la iglesia para ayudar a otros; son voluntarias en la recolección de medicinas y alimentos para las familias más empobrecidas. 

  Además de este programa Acción Campesina implementa otros que tienen que ver con la conservación ambiental, la Agricultura Familiar (para asegura comida para la casa) entre muchos otros a lo largo de la geografía nacional. Esta organización, solidaria con el campo y su gente, lleva adelante también un Observatorio de Derechos en defensa delas comunidades rurales. Derecho de acceso y tenencia de tierra, a una mejor calidad de vida garantizada con un trabajo digno, seguridad alimentaria, seguridad personal, salud. Dan la cara por el campesino ante las instituciones y organismos de gobierno. Demandan con propuestas en mano, todas emanadas de la propia comunidad.

  Le preguntamos a Manuel con cuáles valores sembraría a Venezuela y esta fue su respuesta. Regaría semillas de Institucionalidad por todas las regiones para que retomemos el camino de las normas y las reglas de juego claras, y el compromiso de cumplirlas y atenderlas. “Una sociedad que no tiene reglas de juego no puede planear el futuro” – nos señala. El segundo valor a sembrar sería Ciudadanía a granel. Porque el ciudadano se hace cargo de sí mismo, construye su futuro de manera responsable con su entorno, y de esta manera puede demandar a quien incumple u obstruye desarrollo, crecimiento, vida. El ciudadano se preocupa por sí mismo, su familia, pero al mismo tiempo extiende la mano para ayudar a  los que se vayan cayendo. 

Diríamos por tanto que de sembrar Institucionalidad y Ciudadanía cosecharíamos como sociedad mucha Solidaridad.

Acción Campesina: Juntos Cambian Vidas para Construir Futuro
Si deseas unirte como voluntario o acercar alguna donación aquí te dejamos las coordenadas
Twitter: @accicampesina   Facebook e Instagram: @accioncampesina
Correo electrónico: accioncampesi@gmail.com


Cerremos la nota con ese llamando a voltear la mirada hacia el campo de nuestro amado tío Simón, y agradeciendo a todo el equipo de esta organización el trabajo hecho y por hacer.

Gracias por tanta cosecha, por tanto futuro.


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