Érase una vez
una hermosa damisela obligada a salir de su terruño bonito y siempre extrañado,
de un paraíso llamado Venezuela. Los mismos monstruos de mil cabezas que han espantado
a millones como ella empujan sus alas hasta Galicia para asegurarle a sus hijas
una vida segura. Un comenzar de cero, y un mismo pensamiento al abrir los ojos
en el reinado nuevo: ¿Qué estará pasando, qué estarán sintiendo, qué le hará
falta a mi amada Venezuela?
No eran
pajaritos o dragones buenos, como en los cuentos infantiles de otrora, quienes
le acercaban noticias de su país amado. Vivía ella pegada a la programación de
radios de Venezuela que transmitían por internet. Y fue sintonizando “Así nos
Va” que escuchó la llamada al aire de una muchacha solicitando de manera
desesperada un medicamento para su papá. Enfermo de cáncer se le dificultaba
dormir, y la falta de un descanso profundo, por días, afectaba aún más su
calidad de vida. Anotó ella entonces el nombre del remedio, y el teléfono que
la muchacha daba al conductor del programa, y se fue a una farmacia de amigos a
comprar 3 cajitas. Con tesoro en mano, le escribió un mensaje de texto a la
angustiada hija diciéndole que le enviaría los medicamentos desde España, y que
tan solo le escribiera al recibirlos. Note querido lector que no hay varitas
mágicas en el relato. Pero esta damisela desde aquella su primera ayuda, se ha
transformado en HADA madrina de un montón de venezolanos. La sensación que
llega cuando el alma está repleta de alegría, esa que sintió la primera vez, la
llevaban a sentarse por horas escuchando el mismo programa, donde las personas
suelen pedir ayuda por sus tratamientos. Y así la lista fue creciendo. Y su
búsqueda ampliándose. Y salía con su libretita de farmacia en farmacia
Manuela, para
que todos conozcan el nombre de esta alma bella, se dio cuenta que solita no
podría, que era gigantesca la necesidad. Así que comenzó a regar la voz, a
rasguñar aquí y allá, lograr los 8 euros para el envío de un kilo, los
medicamentos que mandaría puerta a puerta, a hermanos venezolanos enfermos, sin
costo alguno. En España existe la modalidad de devolución de medicamentos a las
farmacias, ya sea por mejoría, cambios en el tratamiento o porque
lamentablemente la persona haya fallecido. Y las farmacias deben destruir todas
esas muestras devueltas. Fue así, armando redes, como quien teje una telaraña,
que en apenas meses su piso se había convertido en una farmacia. Los adornos se
arrimaron. Las noches las pasaba clasificando, empaquetando fuera de cajas y en
bolsitas con el respectivo mensajito que duplicaba la esperanza: una por el
remedio que por fin llegaba, otra por las palabras de una extraña que le decía,
¡Hey! ¡Tú eres importante para muchos que, como yo, están dispuestos a acercarte
ayuda! Y sus compinches de la escuela en Venezuela, ellas que seguían en la
tierra tricolor, se convirtieron en HADAS repartidoras llevando a las casas
humildes, en barriadas o caseríos, los tratamientos que desde España manda el
Hada Madrina Mayor. Hoy ya son 12 las
Hadas regadas por el territorio, ya la magia solidaria ha podido apuntar hacia manos
de personas necesitadas en Maracaibo, Barquisimeto, Margarita, Bolívar,
Caracas....
Y como a la
gente buena le pasan cosas buenas, pues tuvo la suerte Manuela de contar con
José Roberto Díaz, de corazón grandote como el de ella, y galán de película
moderna, Papita, Maní y Tostón, y
presentaron durante el estreno de la segunda parte, ante una muy concurrida sala,
la bella misión de esta Hada residenciada en Vigo. Y llovieron más donaciones.
Y hasta entrevistas le hicieron en los principales periódicos. “Venezuela vive
una espantosa crisis, los venezolanos no consiguen cura para sus dolencias,
pero aquí, en Galicia, hay una mujer que se ha dedicado en cuerpo y alma a
acercarles ayuda, esa que todos nosotros podamos a su vez donarle”
Hada cuenta ya
con figura jurídica como fundación. Siguen acercando tratamientos solo puerta a
puerta, De las Hadas a las manos de quien lo necesita. Con rigurosidad siguen
cada envío asegurándose que lleguen a las manos ansiosas de esperanza. Y a
quienes donan responden con cuentas transparentes sin importar el tamaño de la
generosidad.
Insistimos en que no hay varita mágica. La
magia es enteramente la Solidaridad. Pero si nos cuenta Manuela que los
milagros surgen cada día por doquier y cuando menos lo espera. Como el caso de
una venezolana residenciada allá que acude desesperada a Manuela porque a su
mamá la operan y debe llevar todo, el hilo para coserla, las suturas, las bases
de cama, etc.
“Mi niña, y yo
¿cómo hago? A mí rara vez me llegan
insumos” – recuerda que le dijo cuando recibió la llamada. Pero por cosas de la
vida uno de sus contactos de farmacias le deja en casa tarde, ese mismo día,
una bolsa gigante de compresas, gasas, hilos y mucho más de lo que pedían.
Si nos lees
desde cualquier parte del mundo y deseas hacer una donación, escríbeles por su
página en Facebook o su cuenta en Instagram.
Instagram:
@hermandadasociaciondeayuda
Que esta historia la lean niñas y niños,
dentro y fuera de Venezuela. Hay Hadas Madrinas como salidas de cuentos, que
con solidaridad y magia llenan de esperanza a muchas personas. Manuela Alvarez
definitivamente es una de ellas.
#RetoSolidaridad
#AyudaHumanitaria
Una petición por favor a quienes hablan de la problemática de los medicamentos en Venezuela: somos un país bloqueado por los EEUU, hablen con nombre y apellido, nos quieren asfixiar en acuerdo con unos antipatía que quieren hacerse del poder para entregar nuestras riquezas. Por eso no hay alimentos, medicinas, combustible y se ataca ferozmente al nuestra moneda. Ya basta hermano, digan la verdad, de paso la UNIÓN EUROPEA ESTA DE ACUERDO Y APOYA EL BLOQUEO.Le pueden preguntar al los bancos de Portugal cuanto dinero tiene retenido y al del Reino Unido por que no quiere devolver los millones de dólares en ORO que la nación puso bajo su custodia. Gracias.
ResponderEliminarEl comentario anterior viene al caso por el relato que hacen en este bloc sobre el monstruos de mil cabezas que han empujado al millones, si EEUU Y LA UE
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