Miles de pacientes han entrado por las puertas de Senos Ayuda, pero cuando a Bolivia de Bocaranda se le pregunta por algún caso en pa...

Ni la crisis desgasta el compromiso de Senos Ayuda en la lucha con el cáncer de mama



Miles de pacientes han entrado por las puertas de Senos Ayuda, pero cuando a Bolivia de Bocaranda se le pregunta por algún caso en particular que la haya marcado, no tarda en contar la historia. “En enero de este año una señora tocó la puerta desesperada. Me dijo que le habían diagnosticado cáncer de mama en diciembre y que me había escuchado en un programa de radio en el que me reía y hablaba sobre mis tetas. Ella vino hasta mí y me dijo que se aferró a esa carcajada, como diciendo si ella (Bolivia) se ríe, yo también me voy a poder reír en algún momento”, relata.

Hace ya 18 años que a Bocaranda le diagnosticaron cáncer de mama. Ahora su lucha es una mucho mayor: ser un apoyo ante el deterioro del sistema público de salud. No está sola, sino acompañada. Junto a Beatriz Ottengo e Ingrid Borges, las otras dos fundadora de Senos Ayuda y sobrevivientes de la enfermedad, ha construido una red de voluntarios y especialistas dispuestos a darle un alivio a los pacientes en medio de la crisis sanitaria.

Senos Ayuda ha cambiado en muchos aspectos desde su fundación en el año 2005. Anteriormente el programa bandera era el “Senos Mima”, en el que se brindaba apoyo psicológico a pacientes diagnosticadas a través de grupos  y con un banco de pelucas y sostenes especiales. Sin embargo, en los últimos años y con el agravamiento de la crisis, a la asociación le ha tocado asumir un rol distinto.


“La situación de la fundación, al igual que la del país, ha cambiado muchísimo. Nosotros hemos tenido que irnos adaptando a las necesidades que se presentan por las fallas en el sistema público de salud. Cuando a mí me diagnosticaron uno no se mortificaba ni por buscar el tratamiento ni por los equipos porque eso estaba allí a la mano”, recuerda Bocaranda.


Hoy esa la principal preocupación de las pacientes que reciben el diagnóstico. Las risas y las terapias de grupo fueron postergadas para buscar las quimioterapias o los bloqueadores hormonales.

Sin dejar de lado sus otros programas, Senos Ayuda brinda un apoyo a las mujeres con cáncer de mama con sus tarifas solidarias en distintos centros privados de salud. Los altos costos de las consultas en las clínicas y la falta de equipos en los hospitales distancia a muchas de la lucha contra la enfermedad. Para evitar que eso suceda, la asociación ha creado una red para que las pacientes se hagan sus mamografías y ecos —con orden médica en mano— y asistan a consultas con especialistas con solo un “aporte” para la organización.

Este mismo esquema ha sido llevado a las empresas como parte de los programas de responsabilidad social. A través de jornadas, las mujeres reciben atención especializada y pueden realizarse sus exámenes.

La red de apoyo no solo funciona en la capital. En el interior del país Senos Ayuda cuenta con un grupo de aliados, organizaciones, voluntarios y sobrevivientes que ayudan a crear conciencia sobre el cáncer de mama y su detección y replican el trabajo que se hace en Caracas. Puerto La Cruz, Margarita, San Cristóbal, Calabozo, Los Teques, Puerto Ordaz, Punto Fijo, La Guaira, Acarigua y Punto Fijo son las ciudades en donde la red está desplegada.

Pese a contar con el apoyo de la organización, Bocaranda afirma que muchas mujeres han optado por desertar el programa en el último año debido a la agudización de la escasez, ya agotadas física y emocionalmente por la preocupación y por no conseguir el tratamiento.

“Nunca en mis 18 años había atendido a mujeres que me dijeran: Me retiro del tratamiento, no quiero seguir en esta lucha. Ya Dios proveerá”, asegura la presidenta de la asociación, “son mujeres maltratadas por el Estado porque tampoco pueden acceder a los cuidados paliativos”.

Para Bocaranda, lo más difícil de la situación es sentirse de manos atadas y no poder dar una respuesta a los pacientes. “Nosotros no podemos dar más de lo que estamos dando. Ya eso no nos corresponde, sino al Seguro Social (Ivss). ¿Cómo puede ignorar a los pacientes crónicos y todo lo que están pasando?”, inquiere.


Bocaranda también confiesa que le gustaría que Senos Ayuda no fuera un éxito, que entre 2007 y 2013 más de 150 mil mujeres no se hubieran beneficiado de los programas de la asociación y que no hubieran apoyado a cinco mil pacientes en lo que va de año. El éxito de la organización, asegura, es el reflejo de que el sistema público de salud está cada vez más deteriorado y que las mujeres con cáncer de mama se quedaron sin Estado.

“Ojalá nos hubiéramos quedado con nuestro grupo de apoyo solamente, pero nos tocó asumir otro rol y protestar por la crisis de tratamientos”, afirma.

Dice que cada cambio que ha hecho Senos Ayuda está más que justificado y este 19 de octubre, Día Mundial del Cáncer de Mama, asegura sentirse más comprometida que nunca con las pacientes, los voluntarios, los sobrevivientes y todos los apoyos que ha construido junto a la asociación.

“Esto lo empezamos tres amigas que fuimos diagnosticadas y cada día yo tengo mayor compromiso. No me veo quedándome en mi casa porque con cada muerte de una persona joven, esto se convierte en un compromiso más grande. Si nos rendimos, ¿qué pasa con esas 5 mil mujeres que hemos atendido en 2017?”, finaliza.

Para más información, visite www.senosayuda.com

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